El exobispo de Perú es una figura clave en el Vaticano y es visto como una opción de equilibrio entre las tradiciones de la Iglesia y los cambios impulsados por Francisco.
Un hombre cercano a Francisco y a Latinoamérica
Nacido en Chicago en 1955, Prevost creció en una familia católica de raíces obreras. Su vocación misionera lo llevó a ingresar a la Orden de San Agustín, y desde su juventud se dedicó a la pastoral. Tras formarse en filosofía y teología en Chicago y Roma, fue ordenado sacerdote en 1982. Sus primeros años como religioso lo llevaron a Perú, donde trabajó como misionero en la región de Chulucanas, un lugar marcado por la pobreza. Allí, Prevost desarrolló una pastoral comprometida con la realidad social y la defensa de los derechos humanos.
En los últimos años, Prevost fue prefecto del Dicasterio para los Obispos, desempeñándose como el principal asesor de Francisco en la designación de obispos a nivel mundial. Esta posición le dio un lugar privilegiado en la estructura de poder del Vaticano. Su estilo de liderazgo es discreto y sobrio, más pastoral que político, y es conocido por construir redes tanto en América Latina como en Roma, ganándose la confianza del Papa Francisco.
A pesar de su cercanía a Francisco y su importante rol en la Iglesia, Prevost también ha enfrentado algunas controversias. Durante su tiempo en Perú, su gestión fue cuestionada por presuntos casos de encubrimiento de abusos dentro de su diócesis, aunque nunca se presentaron cargos formales. Estas denuncias, aunque no han empañado gravemente su imagen, han generado inquietud entre sectores que demandan más transparencia en la Iglesia.
Prevost es visto como un «puente» entre dos mundos: el del Norte global y el del Sur, el de la Iglesia institucional y el popular. Su dominio del español y su sensibilidad hacia la cultura latinoamericana lo posicionan como un sucesor cercano a los ideales de Francisco, pero con el perfil sobrio y institucional que muchos cardenales valoran en tiempos de cambio. Su elección representa un equilibrio entre la continuidad del papado argentino y las demandas de la Iglesia global.
(Fuente: Misiones Online)